Capítulo 6: La Boda


                Capítulo 6: La Boda

El día 14 de septiembre del año 1970 en la Iglesia de San Francisco, situada en la calle Los Escalantes junto a la plaza de la Esperanza, se casaron Francisco y Pilar a las doce del mediodia. Hacía un día maravilloso. Los padrinos fueron Saturnino (padre de Pilar) y Cristeta (la madre de Francisco); las arras las llevaron los sobrinos de Francisco , María Luz y Amadeo.

Después de la ceremonia, fueron al Sardinero a hacerse el reportaje fotográfico.
Francisco llevaba un traje negro que realzaba su figura; él era alto y delgado, era un novio muy guapo.

Pilar llevaba un vestido ceñido que marcaba su estupenda figura, por la parte baja de la falda tenía una abertura y la parte de arriba era de encaje y con media manga, también llevaba un gran velo y unos guantes blancos a juego con el encaje del cuerpo del vestido.


Iba preciosa , eran una pareja muy guapa, llamaban la atención.
El ramo de flores estaba compuesto por capullos de rosas de color blanco y rosa.

El convite de la boda lo hicieron en el restaurante “El Cormorán” ,situado en la segunda playa de el Sardinero, serían casi 100 personas las invitadas a este banquete.

Comieron, rieron, bailaron, fue un día estupendo, lo pasaron genial, todo les salió mejor de lo planeado.
De viaje de novios se fueron a Laredo. No fue un viaje de novios soñado,
los padres de Francisco se empeñaron en ir con ellos y les llevaron en su coche, un Seat 600.


Ya en Laredo, fueron a visitar las fiestas de Ampuero y Pilar no estaba nada contenta porque no quería ir con sus suegros. Ella quería estar a solas con su marido, pero nada pudo hacer para evitar esta situación tan desagradable para la pareja.
Estuvieron en Laredo una sola noche, la siguiente la pasaron en casa de la hermana mayor de Francisco (María Luz).


Así acabó el viaje de novios de esta pareja.

Fueron a vivir a casa de los padres de Pilar, que vivían en la calle Cisneros, al lado de la heladeria La Polar.
Podían haber tenido la oportunidad de comprarse un piso propio en Cueto, pero Pilar no quería vivir debajo de sus suegros y prefirió ir a vivir con sus padres.

Comenzaba entonces toda una vida en común de la pareja con los padres de ella.
Un día Francisco se fue a trabajar como todos los días.

Pilar se dio cuenta de que tenía pérdidas, algo no iba bien en su embarazo. Junto a su padre se dirigió a la Residencia, donde trabaja una amiga suya, cliente de la charcutería.
Esta le pasó con el médico y le dejaron ingresada para ver si lo aguantaba, pero tras unos dolores inmensos lo perdió.

Estuvo ingresada una semana en la que Francisco no se separaba de ella ni un momento. Después de recibir el alta volvió a casa con sus padres.
Intentaron seguir con su normalidad e intentar olvidar este doloroso suceso.
Francisco siguió con su trabajo y Pilar se dedicaba a las tareas de la casa.

Todos los días, junto con su padre iban a la plaza de la Esperanza a realizar la compra; siempre empezaban por la parte de abajo de la plaza donde se encontraban todas las pescaderías.

La madre de Pilar llevaba una dieta muy ligera, por lo que consumía muchísimo pescado. Su pescadería favorita y en la que más confianza tenían era la pescadería de Incera, siempre les daba género de muy buena calidad.

Después de comprar el pescado iban a la parte superior de la plaza, donde se encontraban las carnicerías, charcuterías y panaderías.
Siempre dejaban para lo último las verduras, que se encotraban en los puestos del centro de la plaza, donde compraban todos los días tres y cuatro kilos de zanahorias.

Puede parecer excesiva la cantidad de zanahorias diarias, pero es que todos los días consumían zumo de zanahoria licuado.
Todos los días hacían el mismo recorrido, la gente llegó a pensar que Pilar y su padre eran un matrimonio, ya que la madre de Pilar nunca les acompañaba.

A los seis meses volvieron a tener buenas noticias, Pilar estaba otra vez embarazada, del que sería su primogénito.

El embarazo fue muy malo, Pilar lo pasaba muy mal, tenía muchas náuseas. Ella seguía sus controles en la Residencia y parecía que esta vez todo iba correctamente. El embarazo seguía adelante, tenía antojos raros, se le antojaron las cabezas de pescado, toda su felicidad era rechupetear las cabezas una vez fritas.

Pilar tenía una prima un poco mayor que ella, hija de su tía materna Aurora, su prima se llamaba Carmen, esta muchacha era como una hermana para ella.

Carmen siempre estuvo enferma desde muy pequeña y todos la trataban como una niña, aun siendo mayor que Pilar.

Carmen estaba como loca de contenta porque su prima iba a tener un bebé.
Como sabía coser se dedicaba a hacerle un montón de chaquetitas y trajecitos para tener preparada la canastilla para el día de su nacimiento.

Ya sabían que iba a ser un niño, ahora les quedaba la difícil tarea de decidir qué nombre le iban a poner.

A Pilar le gustaba el nombre de su marido y quería llamar así a su hijo, pero también quería encontrar la forma de diferenciarles. Entonces, después de estar pensándolo durante unos días decidieron que le llamarían Francisco Javier.


Comentarios

  1. A veces se me hace que pones datos demasiado detallados e innecesarios, que podrías eliminar o relatar mejor. El final que le has dado al capítulo me ha encantado, porque me has dejado con toda la intriga de cómo será el niño etc

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