Capítulo 4: Romance


                  Capítulo 4: Romance



Van pasando los años y Pilar se va convirtiendo en toda una mujer. Parece que fue ayer cuando solo era una niña a la que solo le interesaba jugar en la calle con sus amigos.
Su día a día ya no solo era trabajar e ir directa a casa, ya empezaba a gustarle salir a disfrutar con sus amigas.
Eran una pandilla de chicas jóvenes y alegres.
Con la que más complicidad tenía era con Juani Tere, que era la hija de la jefa de la charcutería donde trabajaba Pilar; tenía 17 años y también vivía en la calle San Celedonio como Pilar. Luego estaba Belén, que era la más jóven del grupo, y estaba un poco acomplejada porque era bajita y regordita, aunque entre todas sus amigas siempre la animaban y al final la hacían sentirse bien. Belén trabajaba de enfermera en el hospital Marqués de Valdecilla.
También estaba Carmen, que era compañera de Pilar en la charcutería, aunque esta no siempre las acompañaba porque ya tenía novio, un chico que vivía en Cueto.
Por último estaba Mabel, que trabajaba en una perfumería, en la que un día tuvo un accidente laboral y sufrió unas quemaduras con ácido, lo que la ocasionó tener unas muy feas cicatrices en los brazos.
Todas ellas solían ir juntas a la discoteca del cine Coliseum que se encontraba en la calle Rualasal. Tomaban unos refrescos, ya que ninguna bebía alcohol, alguna fumaba algún pitillo, cosa que Pilar nunca hizo porque le daba mucho asco.
Cómo los sábados trabajaban hasta por la tarde, quedaban los domingos para salir; solían quedar sobre las cinco de la tarde y a las diez de la noche ya tenían que regresar a sus casas.
Cuando iban a la discoteca, entraban, se sentaban mientras tomaban algo y, si no se acercaba ningún chico a sacarlas a bailar, ellas se animaban y bailaban entre sí.
Sobre el año 1968, empezaron a frecuentar la discoteca del Coliseum dos chicos de Cueto. Uno se llamaba Francisco y su amigo se llamaba Alfredo, este último hijo del dueño de la cristalería Soriano.
Estos chicos llegaban, tomaban una copa y se dedicaban a mirar a las chicas, observando a ver cuál de ellas les gustaba más y así decidirse a sacarlas a bailar.
Un día Francisco no pudo evitar fijarse en una chica delgada, morena, con unos enormes ojos que iba vestida con una falda plisada con cuadros rojos y un lazo rojo en el pelo.
No se lo pensó ni por un momento y decidió sacarla a bailar, y desde ese día no dejaron de bailar juntos.
Cada domingo quedaban por las tardes e iban a bailar a distintas discotecas de la ciudad: la del Coliseum, Belle Époque, Jesma, 501, la discoteca que había en los bajos del casino, iban hasta a una discoteca que había en Somo.
Tenían que coger la lancha de las Reginas, lo que a Pilar le causaba un trauma, ya que se mareaba y siempre tenían que ir en la parte de abajo para que no viese el agua y así evitar el mareo.
Al ser ella tan joven y tan guapa, había otro joven que la pretendía, que tenía una muy buena posición económica, ya que trabajaba en la Caja de Ahorros de Santander y Cantabria.
La madre de este chico llegó a hablar con Pilar para pedirle que se casase con su hijo.
Cuando Francisco y Pilar salían a pasear se dieron cuenta de que este chico a veces les espiaba. Un día Francisco, cansado y harto de que les siguiese, se enfrentó a él y le pidió explicaciones.
Le recriminó que les siguiese, a lo que el otro chico le contestó que estaba enamorado de Pilar y le preguntó que qué intenciones tenía con ella.
Francisco sin pensarlo en ningún momento le dijo que estaba enamorado de ella y que se iba a casar con ella.
Este otro chico había conocido a Pilar porque trabajaba en la caja Cantabria cercana a la charcutería La Moderna y los trabajadores de la caja, cuando tenían descanso a media mañana, iban allí a comprar los bocadillos y Pilar era la encargada de hacérselos.
Les gustaban mucho de chorizo, bonito con mayonesa y jamón.
La madre de este muchacho intentó varias veces más convencer a Pilar, pero no tenía nada que hacer; Pilar estaba muy enamorada de Francisco.
Estuvieron dos años de novios. Él iba todos los días a buscarla a la salida del trabajo; ella terminaba a las nueve, e incluso había días que un poco más tarde, ya que no la dejaban salir hasta que no hubiera recogido y limpiado toda la charcutería.
Salían a pasear un rato y después la acompañaba hasta casa, ya que Pilar tenía que llegar como máximo a las diez.
Un día decidieron ir al cine del casino y se les hizo tarde, tuvieron que coger el autobús para que Pilar no se retrasase en su hora de llegada.
Ese día, el que llegó tarde a casa fue Francisco.
Francisco vivía con sus padres y sus hermanas en Cueto, dónde tenían un bar, “ El Turi”.
Él tenía dos hermanas: María Luz y Cristina.
Un día los padres de Francisco se acercaron a la charcutería a comprar solo para conocer a Pilar.
Tanto los padres de él, como los de ella, se oponían a su relación, no querían ni que fuesen novios ni que se casasen, pero ellos estaban muy enamorados y no dejaron que nadie se interpusiese entre ellos.
El padre de Pilar, que solía frecuentar los bares, ya que bebía demasiado, se acercó una noche al bar que tenían los padres de Francisco en Cueto, y empezó a ser asiduo del bar.
Bebía tanto que acababa borracho, y más de una vez Francisco, junto con su padre, cuando Nino ( padre de Pilar) se marchaba del bar en tan malas condiciones tenían que salir con el coche en su busca para acercarle a casa.
A las horas en que se iba del bar  era ya tan tarde, que les preocupaba que le pudieran pasar algo de camino a casa.

Comentarios

  1. Este capítulo es más largo! y esta mejor detallado. Al leerle no se me ha hecho una lectura aburrida, has mejorado. Como consejo te digo que seguramente te quedaría muy bien si metieras algún tipo de diálogo entre personajes.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Capítulo 8: Vida Adulta

Capítulo 7: Descendencia